El Barón Rojo: aviones a juego y alma…¿negra?

“…y me senté por primera vez en un aparato de aviación. El aire producido por la hélice me fue en extremo molesto; todo se me volaba; saqué un papel del bolsillo y me desapareció; mi casco protector se me escurría, la bufanda se me soltaba, la chaqueta no estaba abrochada con suficiente fuerza; en una palabra, mi estado era desastroso”….

Queridos lectores, empezaremos esta entrada de blog con una pregunta: ¿a quién creéis que pertenecen estas tremebundas palabras?:

Abuela tras su primer viaje en avión              Militar y experto aviador alemán             

¿Fácil verdad?,…a pesar de que una entrada sobre abuelas o niños tendría su relativo éxito, éste es un blog sobre aviación, así que vamos a quedarnos con el hombre de fría mirada y serio semblante, ése, ése mismo, Manfred Von Richtofen, “Barón Rojo” para los amigos, y aunque no se le note demasiado (al menos esta foto tipo orla), fue el mayor héroe alemán durante la primera guerra mundial, y uno de los aviadores más conocidos de la historia. Pues bien, Manfred  nació en Breslau (Imperio alemán), el 2 de mayo de 1892, y en su efímera juventud (bueno, en realidad tuvo una vida “plena de juventud”… ¡murió abatido a los 25 años!) decidió seguir los pasos de su padre entrando en la carrera militar, pasando de la caballería a la infantería, para finalmente encontrar su lugar alistándose en la aviación.

 Y es que Manfred no se conformaba con un caballo…                

Necesitaba unos cuantos más (Albatros DII):

Durante la primera guerra mundial, Manfred demostró una habilidad inusitada con esta poderosa e innovadora arma alada, y si a ello le sumamos las enseñanzas recibidas de parte del gran aviador, Oswald Boelcke, la leyenda del Barón Rojo estaba destinada a ser escrita. El señor Boelcke, aparte de ser considerado como el padre de la fuerza aérea alemana, debía tener una faceta de cazatalentos, y por ello invitó al siempre joven Manfred a unirse a su escuadrón de cazas….y contento podía estar Boelcke, cuya apuesta se vio resarcida durante el primer combate de Manfred:  ¡minipunto para el Barón!.. Lo que no sabía el señor Boelcke era que en tan solo 20 meses después, él mismo debería aprender del “chaval”: Manfred llegó a superar el número de victorias de su mentor: 40, lo que al mismo tiempo supondría superar el mayor número de victorias de todos los tiempos, al menos sobre alas (la I Guerra Mundial supuso un exponencial avance en la aviación, pasando de los 300 modelos de aviones existentes  a su comienzo a los más de 150.000 a su término). Los alemanes estaban tan contentos con las aportaciones de Manfred sobre el “cielo de batalla” que en 1917 recibió la máxima condecoración militar alemana durante la Primera Guerra. Si es que el chico apuntaba maneras… Este mismo año también resultó interesante para él, ya que se le confirió el comando del Jasta 11, más tarde conocido por el “Circo Volador”, por lo vivaces colores de sus 14 aviones… Y a continuación, eche un vistazo el lector a la siguiente lista:

Lt. Lionel MorrisCapt. Tom ReesSgt. Herbert Bellerby
Lt. Ernest Conway LansdaleSgt. Albert ClarksonLt. William Fenwick
Lt. John ThompsonLt. W.T.W WilcoxSgt. Cuthbert Baldwin
Lt. George Bentham AndrewLt. Ian Gilmour CameronLt. Thomas Henry Clarke
Lt. James Lees (POW)Lt. Gilbert Sudbury HallLt. George Doughty
Maj.Lanoe HawkerLt. Benedict Philip HuntCapt.Arthur Gerald Knight
Lt. Lionel George D’ArcySub-Lt. Reginald WhitesideCapt. JB Quested
Lt. HJH DickseeFlt/Lt. Allan Switzer ToddLt. John Hay
Lt. John MacLennanCapt. Oscar GreigLts. Percival Murray
Duncan John McRaeLt. Cyril BennettLt. Herbert Arthur Croft
Capt. George Cyril Bailey DSOLt. George William Betts HamptonLt. James Benjamin Evelyn Crosbee
Sgt. John Edward PranceLt. Herbert John GreenLt. Alexander William Reid
Gerald Maurice Gosset-BibbyLt. Geoffrey Joseph Ogilvy BrichtaLt. Arthur John Pearson
Lt. James SmythLt. Edward ByrneLt. Arthur Elsdale Boultbee
Frederick KingGeorge MacDonald WattSgt. Ernest Adam Howlett
Sgt. Sidney Herbert QuickeLt. William John LidseyLt. Richard Plunkett Baker
Lt. Christopher Guy GilbertLt. Patrick John Gordon PowellPercy Bonner
Lt. Algernon Peter WarrenSgt. Reuel DunnLt. Donald Peter McDonald
Lt. John Ingram Mullaniffe O’BeirneLt. Arthur Norman LechlerLt. Herbert Duncan King George
Lts. Alfred Terence AdamsDonald James StewartLt. George Orme Smart
Lts. John HeagertyLeonard Heath-CantleLt. Keith Ingleby MacKenzie
Lt. Guy EveringhamLt. Edward Claude England DerwinGunner H. Pierson
Capt. James Maitland StuartLt. Maurice Herbert WoodSgt. James Allen Cunniffe
W.J. BattenLt. Allan Harold BatesSgt. William Alfred Barnes
Lt. William Oswald RussellLt. Alphonso PascoeLt. Frederick Seymour Andrews
Lt. Waldemar FranklinLt. William Frederick FletcherLt. Eric Welch
Sgt. Amos George TollerveyLt. Reginald William FollitLt. Frederick James Kirkham
Lt. Richard ApplinSgt. George SteadCpl. Alfred Beebee
Lt. David Evan DaviesLt. George Henry RathboneFlt. Sub-Lt Albert Edward Cuzner
Lt. Ralph Walter Elly EllisLt. Harold Carver BarlowLt. Robert Wallace Farquhar (unhurt)
Capt. Norman George McNaughton MCLt. Angus Hughes MearnsLt. Leslie Spencer Bowman
Lt. James Edward Power-ClutterbuckSgt. Hubert Arthur WhatleyLt. Frank Guy Buckingham Pascoe
Lt. William Harold Trant WilliamsLt. Coningsby Phillip WilliamsLt. John Bristo Culley Madge (WIA/POW);
Lt. Walter KemberLt. Algernon Frederick BirdLt. James Alexander Vazeill Boddy
Lt. Donald Argyle Douglas Ian MacGregorLt. Leonard Frederick Cyril ClutterbuckLt Henry James Sparks MC
Lt. Elmer Ernest HeathLt. William George IvamyLt. John Percy McCone
Lt. Donald Cecil TuckerLt. Donald CameronLt. Allan McNab Denovan
Lt. Vernon Jack ReadingLt. Matthew LeggatCapt.Thomas Sydney Sharpe
Lt. Edward Treloar SmartLt. Kenneth Purnell BarfordLt. George Halliwell Harding
Lts. Joseph Bertram TaylorLt. Eric BetleyLt. Ernest David Jones
Lt. Robert Francis NewtonCapt.Sydney Philip SmithLt. Albert Vernon Gallie
Lt. Ronald George Hinings AdamsMajor Richard Raymond-BarkerLt. David Greswolde Lewis

¿Una base de datos?, ¿quizás la lista de afortunados de la Lotería en la última década?, ¿una lista de morosos…?. Pues no: nada más y nada menos que los nombres de los desafortunados derribados por nuestro protagonista sobre alas: 80 aviones derribados en 58 misiones dirigidas con éxito rotundo, algo que nadie logró superar en ningún bando durante el resto de la Guerra. ¿La clave?, ¿era Manfred un aviador excepcional, un estratega avizor o simplemente un hacha de la puntería?… Inexplicable para quienes lo conocían, que no sabrían definir la extraña madera de la que estaba hecha este hombre, a quién ni una bala en la cabeza en pleno combate en el mismo año 1917 pudo frenarlo ni mucho menos retenerlo en tierra. Si los alemanes no lo obligaran a tomarse un descanso (eso de que te operen de la cabeza para retirar los propios restos de tu cráneo incrustados en el cerebro debe sugerir baja laboral…) nunca habríamos podido disfrutar de su autobiografía. Os invitamos a echarle a un vistazo a su legado: “El Avión Rojo de Combate”. El Avión Rojo, Barón Rojo,…tanto rojo y lo mucho que se resiste a aparecer en esta entrada…hablemos  ahora un poco de colores: En primer lugar, Manfred pintó por primera vez su avión de combate modelo Albatros DII de color rojo para  conseguir sembrar el miedo al enemigo sin importarle llamar más la atención. Pretendía crear el “Efecto Avispa o Algo Así”: colores chillones de advertencia que invitan al miedo y huida, sembrando el nerviosismo entre sus enemigos. No sabemos si a parte de héroe de guerra y escritor entendía de sicología, pero sea como sea, fue un acierto: Las fuerzas aliadas apodaron a Manfred como Demonio Rojo, y luego lo “rebautizaron”  como Barón rojo. Y por supuesto, cuando Manfred recibió su archiconocido triplano Fokker Dr.I, también lo pintó de rojo (era chico de costumbres):

Éste es quizás el avión más conocido por todos aquéllos que ya habíais oído hablar del Barón Rojo, a pesar de que el mayor número de batallas las consiguió a bordo de su Albatros DII. Diseñado por D. Reinhold Platz en 1917, este caza aunaba todo lo necesario para convertirse en el hito perfecto de guerra: brillantes aviadores que lo pilotaron,  maniobrabilidad inusual para su época y una asombrosa velocidad máxima de… ¡185 km/h!. Los que tengáis oportunidad de pasaros por el Museo de Aeronáutica y Astronáutica de España, en 4 Vientos (Madrid) no dudéis en visitarlo. El ejemplar de la foto, allí expuesto, fue reconstruido con un motor original Clerget rotativo de 110 HP, por la asociación “L’Amicale Jean-Baptiste Salis”. Una vez dicho esto, nos situaremos ya en el año 1918, no habiendo ya más años de historia para el Barón Rojo, bueno, ni más meses ni más días hasta el 21 de abril, fecha en la que fue abatido persiguiendo al piloto canadiense Wilfrid “Wop” May. Todo lo que envuelve al mortal accidente del Barón está envuelto todavía a día de hoy de un halo de misterio, resultando hasta paradójico el que “con la lista en mano” de todos los que perdieron la vida a su paso, no podamos explicar exactamente ni quién ni cómo, se encargó de convertir al hombre en leyenda: si fue abatido en vuelo, si fue abatido desde tierra… Lo que sí sabemos es que el Barón fue enterrado con todos los honores propios de un héroe y as de la aviación, pudiendo leerse en el epitafio de su tumba, en Bertangles (Francia):

“Aquí yace un valiente, un noble adversario y un verdadero hombre de honor. Que descanse en paz.”

Sobre si sus enemigos lloraron el respeto hacia su muerte en nombre del honor,  sobre si su comportamiento suicida fue lo que le condujo a su final, sobre si… tantas incógnitas fueron las que contribuyeron a crear un mito, una historia, un personaje misterioso que aún llega a nuestros días, a modo de figura inspiradora de libros, o por medio de “duras” melodías…, ¿ah?, ¿que todavía no conocéis al grupo del Barón Rojo?….ahí lo dejo… ¡Hasta la próxima!

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